Pa’ Alfredito, por que Sábato dice que...
Hoy amaneció amarillo
y con ganas de no ser noche,
sin ganas de ser hombre
dormido junto al espacio
que prefiero no ocupar.
Amaneció de madrugada,
avinagrado el aliento
por una mala metáfora,
aferrado a un gerundio
escurridizo entre mis manos.
Reconocí el día de la semana
por que cada sábado
acostumbro ser más viejo.
No he podido dormir,
la cama se llenó de aguijones,
cada mañana consulto al espejo
y descubro nuevas picaduras.
Creo que mañana es domingo,
aunque a estas alturas
y con un litro de café encima
el día puede ser un túnel
escondido bajo la semana
para no morir en el trayecto.
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