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2 de marzo de 2007

Sentida y proyectiva apología de un hombre sensible a una mujer insatisfecha

Se solicita cirujano para atender
a la víctima de una castradora
Pido perdón, verdad de Quiencito que pido perdón. Sé que no he sido el hombre perfecto, sé que tengo los dientes amarillos por no cepillarlos cuando era niño, consciente estoy de que huelo a sudor si no me baño y de que después de comer carne, el alma de la vaca muerta sale por mi trasero. Sí, lo sé, soy un dechado de defectos.

Pero es que no fue por falta de amor que no arreglaba la recámara antes de que llegaras (siempre pensé que te haría el amor, no una misa negra); además, ¿no te preocupa que se extingan las rosas al usar tantos pétalos? ¿no tienes miedo a morir en un incendio por tantas velas en la habitación? Deberías ser consciente de que tanto vino tinto puede volvernos alcohólicos, sobre todo si lo usamos hasta entre las piernas. Además, ¿porqué el chill out tiene que ser más erótico que Led Zeppelin?
Sé que soy una bestia: te regalé flores sólo dos veces por semana, no pude superar el record de osos de peluche (uno diario) que Sensible Artista estableció cuando era tu novio, yo sólo pude regalarte uno cada semana. Los chocolates que te regalaba no eran de los que te gustan (con una perla en medio y envoltura de platino) pero es que entiende: mis documentos para ir a Alemania llegan hasta el próximo mes y aun debo encontrar al anciano de las montañas que los fabrica en su cueva. Me arrodillo ante ti para que me perdones por haberte lastimado tanto cuando te dije que no podría ir a la fiesta de tu amiga puesto que mis dos empleos (uno para vivir y otro para hacerte feliz) no me lo permitían.

Perdón por no estar ahí las veinticuatro horas, siempre dispuesto a ser pisoteado; perdón por tener amor propio (nunca entendiste que tenía amor para los dos); perdón por creer que la luna es aburrida y que los gatos sólo son gatos; perdón por ser tan ciego como para no ver la gravedad de las cosas que a ti te conmocionaban: una pareja tomados de la mano, un ebrio despeinado, un niño estornudando, mis ganas de orinar después de seis cervezas, el que Pink Floyd no me impresione, el que la danza sea danza, no dioses apareándose) ... soy un insensible, lo sé, hiciste bien en dejarme. Lo malo es que, ahora, ¿cómo demonios viviré si no hay nadie aquí para decirme lo malo que soy? Perdóname, dependo de tí para ser mejor persona, tú me haces mejor... no te conformarías con un simple mortal como el que ahora soy.



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Clan Amaral

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Blasón del Clan Amaral