camina despacio,
le gusta el viento
acariciando sus piernas.
A sus diecisiete años,
un beso en la oscuridad
enciende luces
que duran un espasmo.

Con la Niña Funky
la ternura es un abismo,
ella busca el vértigo
que cimbre su cuerpo
hasta hacerlo pasar
a través de la ropa.
Ella no suspira te-quieros,
no aspira a ser amada;
sólo quiere la certeza
de que mañana
será otro día.
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Jorge te escucha, habla con él