Todos los pensamientos se asemejan
a gemidos de una lombriz pisada por
los ángeles.
E.M. Cioran
Sentado en el quicio de una puerta esperando a que la enfrente se abra, junto a un niño que a sus cinco años ya comparte conmigo el hartazgo de este mar de rostros ambulantes, y ruido de camiones, sirenas y pasos a destiempo.
Estando aquí, una certeza se acerca sigilosa y al llegar frente mí, blande un cuchillo con toda la intención de herirme. La tomo por el brazo, le doy la vuelta, la derribo, le golpeo la cara y la pateo hasta dejarla inconciente. Detengo un taxi y pago el traslado al hospital.
Tranquilo por haber actuado en legítima defensa, me vuelvo a sentar junto a ese amasijo de hartazgo infantil mientras espero a que se abra la puerta; a salvo de cualquier certeza que dispuesta a intimidarme con
caóticas sentencias y previsiones de amargura.
Caballero os saludo, con harto cariño y nostalgia que entre comillas lleva el título de "chale que ocupados estamos todos".
ResponderBorrarMe agradó mucho tu textito, ojalá nos veamos pronto
Abrazote